
¿Eres un verdadero foodie?
Mi abuela es la mejor cocinera que conozco. Sería capaz de alimentar a los Montesco y a los Capuleto, con dos ollas, un horno y una sartén y os puedo asegurar que sus platos pondrían fin a su conocida rivalidad sin tener que llegar a la trágica muerte de Romeo y Julieta. Bueno, a todas las abuelas se las conoce popularmente como unas “cocinillas”, pero estas no entrarían dentro de la categoría de foodie.
¿Foodie? ¿Por qué? ¿Qué es eso? Te estarás preguntando, concretemos el término, podemos decir que un foodie es:
Foodie (del lat. Fudis): Dícese de la persona a la que le gusta comer, explorar, conocer y compartir en redes sociales todo lo que tenga que ver con la gastronomía (o al menos todo lo que tenga que ver con la buena pinta, que seamos sinceros, un filete de pollo a la plancha con un poquito de arroz no se fotografía).
A un foodie le gusta la buena comida, independientemente de que sea un plato sencillo o uno súperelaborado, lo esencial es la emoción, el momento, los sabores y, sobre todo, la armonía entre todo. En eso se diferencian de los sibaritas, que tienen una extraña fijación por los productos de “alta gama”.
No debemos confundirlo tampoco con un gourmet, ya que un foodie siempre va a ser un amateur, mientras que un gourmet es un profesional de la industria o un crítico culinario (por ejemplo, el famosísimo Ego de la película Ratatouille es un crítico culinario y un gourmet, mientras que nuestro querido protagonista, la rata Remi sería todo un foodie, hasta que empieza a dedicarse a ello, claro).

El foodie viene a ser por definición una persona que, cuando se trata de la cocina, tiene un marcado espíritu inconformista que le mueve a dedicar su tiempo libre a investigar el mundo culinario, que profundiza en las raíces de cada ingrediente y que necesita saberlo todo, absolutamente todo sobre la comida.
Por eso también, para un verdadero foodie es una necesidad estar al tanto de las últimas tendencias, nuevos ingredientes, innovaciones de los chefs, las novedades en cuanto a restauración, saber cuáles son los nuevos locales, cuáles están de moda, y por supuesto, debe conocer el auténtico truco foodie: organizar las salidas entre semana ya que, al haber menos gente, el servicio es mejor y hasta cabe la posibilidad de conocer al chef y más a fondo la elaboración de los platos y el concepto.
La pasión gastronómica de los foodies se extiende a todo tipo de bebidas y, hoy en día, es innegable, que el top en tendencias de esta temporada son los cócteles, en todas sus variantes, y es que, para un foodie, un cóctel está diseñado para ser disfrutado con los 5 sentidos, no para ser simplemente bebido.
Un auténtico foodie, en contra de lo que dicta el protocolo, necesita hablar con los comensales durante la comida, es una parte fundamental: intercambiar emociones y anécdotas, hablar de la receta, su historia, los métodos y herramientas empleados en la preparación, las percepciones, las emociones que les provoca el plato, los diferentes matices que pueden llegar a encontrar, todo para conocer al máximo el plato y poder disfrutar al 100% de la experiencia.
Y si ya nos ponemos tiquismiquis y lo extrapolamos al ambiente “casa, cenas familiares y tener invitados”, un foodie también es la perfecta anfitriona o el perfecto anfitrión, casi sin quererlo. Sabe organizarse (pero sin estrés), tiene la capacidad de estar pendiente a la vez de una conversación con un invitado y de sacar la comida del horno sin que se le pase (una cualidad muy, pero que muy imprescindible) y disfruta del simple hecho de cocinar para los demás. Además, tiene una despensa completa y una variedad razonable de bebidas y todas siempre, pero siempre, a la temperatura adecuada.
Y… por supuesto, un verdadero foodie no concibe una comida sin postre.
Hola foodies del mundo, siempre seréis bienvenidos a Simoneta and Co.
Come. Vive. Siente
Simoneta

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